Tributo a un amigo que decidió partir
A continuación una serie de poemas y escritos que plasmé en el camino a la superación del dolor intenso que me provocó la partida sin aviso de uno de mis mejores amigos, quien a la vez es el padre de mi hijo. Aquí una recopilación de alguno de ellos.
Poema 1
Mi dolor es muy grande por ti. Es muy grande. Te has llevado mi alegria momentáneamente, sí, pero te la has llevado. Tu sonrisa no volverá a provocar la mía, este final sin despedida, es el verdadero final. O no? Hay más luz allá, o no hay ninguna en absoluto? Espero que las sombras no sean tu compañía, sino más bien, la Paz, esa que asumo tanto buscaste mientras estuviste aquí, y aparentemente jamás pudiste hallar. Es como si me hubiesen pisado el corazón con la noticia. Donde estás? Quisiera que vinieras aquí y me lo digas, sigo tontamente esperando tu llegada, diciéndome que todo está bien. Y a él, como le explico? Cómo le hablo de este dolor, que yo misma casi no puedo soportar? Habrás pensado en él o en ellos? Pues la verdad es que eso poco importa en este momento donde hay muchas preguntas y ninguna respuesta… ni siquiera la esperanza de que las respondas algún día. Te quice y te quiero. Aunque sé que eso ya lo sabías, o no? Siguen las preguntas… y esa certeza triste y desoladora de que te fuiste de este mundo terrenal para siempre. Me cuesta abrazar la esperanza, de que este mundo, no es el único mundo. Y de que en el lugar que sea que estés, estés en paz y con una sonrisa, tranquilo, mirándome escribir este verso.
Poema 2
Fui allí, donde tantas veces nos sentamos tú, el Universo y yo, donde nos contamos historias infinitas y nos perdonamos errores olvidados… Te busqué en cada lámpara de la calle del Sol iluminada, en cada sombra que me seguía mientras te buscaba… Y te seguí buscando, donde los recuerdos se pierden cuando son olvidados, donde la brisa sopla sin importar si hay o no hay viento, pero no estabas. Donde estas amigo? Aparte de habitar constantemente en mi memoria.
Hoy quiero regalarte la verdad, un trozo de poesía redimido, el sol que iluminó la mañana que te fuiste, un cofre con las lágrimas que he dejado como rastro de mi dolor por tu ausencia.
Espero que estés bien. Ya me voy, ya te fuiste y seguiremos siendo parte de la misma dinámica, del mismo Cosmo que nos alberga a ti, a mi y a la Vida. Nos encontraremos algún día y entonces podrás contarme todo aquello que no pudiste pues te urgía partir.
Poema 3
La nostalgia me alcanzó y me di cuenta de que fuiste mi único
la pereza se hizo evidente y el deseo de ser y no estar me invadió sin permiso
Donde estás cómplice secreto de mis noches oscuras?
Tal vez estás allí, donde siempre me dijiste que estarías
te buscaré, y si no te encuentro te llamaré
y si no respondes, te vociferaré hasta que te des cuenta de no desistiré
Ya me conoces Bartt… Soy muy terca, siempre me lo dijiste
la verdad es que no me importa dejar ver mi terquedad en esta noche que tanto te extraño
Hola y adiós amigo.
Se que me esperas, aun no es mi tiempo pero algún día lo será
entonces, solo entonces podremos decirnos eso que no pudimos porque te fuiste sin avisar.
Poema 4
Se hace tarde y pareciera que fue ayer cuando te fuiste
El sueño ya no me encuentra fácilmente, desde entonces
Los días parecen interminables desde que faltas
La conciencia de tu ausencia, intensifica mi dolor
Quisiera que al despertar en la mañana estés ahí
Como muchas veces estuviste cuando te necesité
En aquellos días oscuros que nublaron mi existencia
Donde el dolor era inmenso, aunque no tanto como ahora
Quien me consolará ahora? Si eras tu quien hacías ese papel
(Creo que olvidé darte las gracias por todo aquello)
Donde estás?
Sé que estás aquí conmigo, pero no puedo sentirte
Sólo puedo recordarte y extrañarte como se extraña a un verdadero amigo
Oh Bartt! Cuanto me duele que no estés
Que diferentes son los días desde que faltas…
Sé que mi alma encontrará consuelo
Cuando nos unamos nuevamente
En aquel distante universo
Donde estás ahora, y muy probablemente eres feliz.
Poema 5
Anoche te vi en sueños, físicamente digo, pues haz estado conmigo casi toso el tiempo desde que te fuiste. -Sé que me amas y me recompensas- , me dijiste. Que me habrás querido decir? Una interrogante más que quizás nunca sea respondida, o tal vez sí tenga la dicha y la alegría de poder volver a verte una de estas noches que me faltan por dormir. La mañana está fría, tan fría como la expresión que a veces inundaba tu cara cuando no sabias que hacer. Mis pies también lo están. Cómo estará los tuyos? Cómo estará tu cuerpo? En aquella morada solitaria, donde te rodean muchos otros que probablemente nada tienen en común contigo. Ni siquiera aquí muchos tenía nada que ver contigo, eras demasiado en muchas cosas, pocos te podría entender. Fuiste un ser extraordinario. Ven y quédate aquí, yo te cuidaré. Te quiero, te comprendo y te necesito, necesito saber que estás bien. Que mi llanto mañanero es injustificado y que sigues aquí a mi lado mirándome, queriéndome , feliz, en paz y sabiendo que ambos somos uno, pues somos parte del mismo cosmos.