Gloria Estefan
Entrevista: Keila González Báez.
Imágenes cortesía de Estefan Enterprise Inc.
He venido escuchando las canciones de Gloria desde niña, he bailado a ritmo de su “Conga” en más de una ocasión y he sido capaz de sentir la fuerza del amor gracias a su legendaria canción “Con los años que me quedan”. Sin embrago, comencé a interesarme especialmente por su historia cuando estuve en Orlando de vacaciones con mi hijo y vi un cartel en la salida de Coco Bongos (restaurante que pertenece a ella y su esposo Emilio) que anunciaba la obra musical que se ha estado presentado en Broadway hace algún tiempo y cuenta la historia de ellos como inmigrantes, su aporte a la cultura Latina y la increíble recuperación de Gloria, después de su accidente en el 1990, el cual le dejó confinada a una silla de ruedas con presagios de que no volvería a caminar. Increíblemente y en contra de todo diagnóstico, Gloria Estefan, menos de dos años después, estaba nuevamente sobre el escenario cantando y bailando como quizás nadie imaginó verla de nuevo. Así que, esa historia me recordó mi propio camino a la cima (a la cual no he llegado aún pero estoy en el proceso), de pasar de ser una mujer maltratada y sin hogar a convertirme en la creadora y directora de la revista Bien-être, la cual se enfoca en ayudar a las personas, a vivir mejor y ser más feliz. Fue entonces cuando pensé, que no había en el mundo una persona que representará mejor la 6ta edición de Bien-être donde celebramos todo lo que ha sido este recorrido.
Con mucha gratitud y emoción les cuento un poco más sobre la entrevista que me concedió esta maravillosa mujer, la cual es un ejemplo vivo de que el amor, la determinación y la voluntad, todo lo pueden.
“La palabra primordial en mi vida es balance»
Gloria Estefan, a quien prácticamente todos conocemos como cantante, también es amante del mundo animal y natural, escritora, estudiante constante, mujer honesta, leal, buena amiga y muy sincera, según sus propias palabras. Sin embargo debo decir, que antes de cualquier cosa se definió como madre, esposa e hija, poniendo así de manifiesto el papel fundamental que tiene la familia en su vida. De hecho, es tal la importancia que da a su núcleo familiar, que en el 2004 emprendió su última gira mundial, para poder dedicarse más a los suyos, al mismo tiempo me aclara, contrario a una extendida creencia popular, que no se retiró en ese entonces: “No me he retirado. Sigo grabando discos, haciendo música, escribiendo. Preparamos y producimos «On Your Feet!» el musical sobre nuestras vidas que ha tenido un gran éxito en Broadway y he hecho conciertos en distintos lugares, aparte de manejar dos hoteles y varios restaurantes”, explica.
Aunque la realidad era otra a principios de los 90’s, cuando sucedió el accidente. “Fue un momento surrealista para mí. Estaba tomando una siesta. Íbamos camino a un concierto en Syracuse, Nueva York”, me cuenta. “El autobús paró y me desperté pensando que habíamos llegado y, en un momento, mi mundo explotó. Lo próximo que vi fue el techo del autobús y de pronto, Emilio, lleno de sangre, estaba llamando mi nombre. Traté de pararme del piso y no podía. Le pedí a Emilio buscar a nuestro hijo Nayib de 8 años, que había estado haciendo la tarea en la parte trasera. En ese momento recordé a mi padre, recordé todas las veces que Emilio y yo hacíamos carreras subiendo la escalera de nuestra casa y me pasaba el pensamiento por la mente de que un día no podría ganarle, y pensé «aquí está», mi peor temor. Estaba convencida que me había partido la espalda pero me aferré al gran dolor grande que estaba sintiendo, sabiendo que si me hubiese cortado la médula completamente no estuviera sintiendo nada. Pensé en las personas que me esperaban en Syracuse y me sentí muy mal porque tendría que cancelar el concierto. Mi mundo dio un giro de 180 grados”.
Por sorprendente que parezca, esta no ha sido la única situación extrema a la que ha sido expuesta Gloria a través de su vida, pues cuando aún era muy joven, tuvo que pasar por la experiencia de cuidar a su padre José Manuel Fajardo, quien fue oficial y prisionero de guerra cubano, y quien padeció los últimos años de su vida de Esclerosis Múltiple, una enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal. “Cuidar de mi padre no fue fácil porque era bastante joven cuando asumí muchas responsabilidades y retos que, para una joven de 14 años, parecían insuperables. Pero al mismo tiempo, la experiencia me dio valiosas lecciones que me han servido mucho en la vida. Aprendí muy temprano el valor de tener buena salud, cómo cuidar de ella y mejorarla, mi di cuenta de la importancia de ser un apoyo para mi familia, aprendí a tener paciencia y supe que el único constante en la vida es el cambio.” Es increíble que esta experiencia le haya servido más adelante cuando se fracturó la columna ella misma. “Aprendí muchísimo sobre lo que significa cuidar a una persona en silla de ruedas, y la fisionomía de la columna vertebral”, sigue diciendo. “Jamás imaginé que un día yo estaría en la misma situación.”
Pero este no ha sido el único legado familiar. Su talento para el canto es parte de su herencia también. “Canto desde que comencé a hablar. Vengo de una familia muy musical por ambas partes, y de niña, mi madre ganó un concurso para doblar las películas de Shirley Temple en Hollywood y grabar sus canciones en Español. Pero su padre, Leonardo, un Asturiano muy estricto, se negó a dejarla ir cuando se enteró que sólo uno de los padres podía acompañarla a los Estados Unidos. También mi madre Gloria, me cantaba para ponerme los pañales porque era la única forma de que yo me quedara tranquila”, dice sonriendo.
Sin embargo, ser cantante no era parte de sus planes, pues al ser inmigrante, era importante para ella y su familia, obtener una carrera estable y no tomar el riesgo de emprender una carrera en la música. Y ese no era el único motivo, pues aunque parezca imposible, era una chica tímida a quien le costaba mucho ser el centro de la atención. Así que, entró a la Universidad de Miami y estudió Psicología y Comunicaciones. Su plan era ser doctora… hasta que apareció Emilio.
Y al conocer su historia y saber que tienen un matrimonio y carrera exitosos hace cerca de 40 años, tuve que preguntarle sobre el significado de este hombre en su vida: “Emilio es mi media naranja en todo sentido de la palabra. Fue mi primero y único, mi amigo, mi amor, mi motivador y quien más me ha apoyado y cuidado en esta vida. Hemos enfrentado retos, éxitos, dificultades, pérdidas de seres queridos y cada paso que hemos dado nos ha unido más. Coincidimos en tener un gran interés y afinación para los negocios y somos quienes toman la decisión final en cada proyecto que emprendemos. El me hace reír cada día de mi vida. Sé que puedo contar con él y él conmigo, pase lo que pase, incondicionalmente y con el corazón lleno de amor”.
Y así fue incluso durante el accidente. Recuerdo que mientras hacía la investigación para entrevistarle, escuché a alguien decir que Emilio estuvo a su lado durante el momento de su recuperación, no un 100 sino un 300%.Así que aparte de este apoyo fundamental y su deseo por la estabilidad en su familia, me dice que “otro incentivo para mi recuperación fue mostrarle a tantas personas que habían orado por mí y me enviaron su amor, que uno puede tomar las riendas de su vida, pase lo que pase, y cambiar su destino con disciplina, trabajo y una meta constante en su mente y corazón”.
Sabias palabras de la mujer que ha vendido más de 100 millones de copias de sus discos, quien ha cantado frente a presidentes, Papas, en el Súper Bowl y las Olimpíadas, todo con su ritmo Latino y quien, junto a su esposo ha ganado más de 26 Premios GRAMMY®. La mujer que venció todo pronóstico de inactividad y volvió a los escenarios un día de marzo del año 1991, radiante, triunfante y de la mano de su gran amor. “Sentí una gran euforia ese día. Aunque a decir verdad lo único que recuerdo claramente es cuando Emilio salió corriendo al escenario al final del show, me cargó, me besó y abrazó”, dice 25 años después, aún emocionada.
Y así es la historia de la vida y amor de Gloria Estefan, la cual pueden ver más de cerca en su obra musical On your feet!, la cual está en los escenarios de Broadway y la cual no pueden perderse si están o incluso van de paso por New York. Un detalle interesante es que su hija menor Emily, no aparece representada en ninguna escena porque no había nacido en los años que fue ambientaba la obra, sin embargo, ella escribió la música de la única canción que fue escrita para la misma.
Respecto a este detalle me dice finalmente: “Es una representación honesta y real, de esa etapa de nuestras vidas. Me encanta haber tenido la oportunidad de escribir nuevas letras para temas ya conocidos y poder darle otros matices a canciones familiares. Nuestro deseo es, a través de la obra, inspirar a nuevas generaciones a volver a emprender sus sueños y a la vez mostrar las contribuciones qué como Latinos hemos hecho a los Estados Unidos”.
Y sí que han logrado su cometido, pues a mi me ha inspirado grandemente y sé que a muchos de ustedes después de leer esta entrevista o ver la obra, también.